En México avanza el presidencialismo imperial con trazas de dictadura
Jorge Hidalgo Lugo/Impreso
MORELIA, Mich., 31 de marzo de 2021.- Con temeridad y no poca prepotencia, el presidencialismo imperial que representa Andrés Manuel López Obrador, emprendió una cacería feroz, despiadada, en contra de los consejeros del Instituto Nacional Electoral que encontraron en la norma que rige, elementos suficientes para declarar nulas diversas candidaturas que afectaron al mal llamado partido de la “legalidad” y puso contra la pared a diversos actores, como Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón Orozco, en Guerrero y Michoacán, respectivamente.
La vena autoritaria salió a relucir y en franco abuso del poder que ejerce, desde el patíbulo mañanero lanzó consignas incendiarias y en vez de serenar ánimos y apegarse a derecho para acudir a las instancias que deben ver en el tema, aprovechó la coyuntura para ir en pos del órgano electoral al que tiene en la mira para doblegar cualquier instancia que no se someta a sus caprichos tiránicos.
Un exceso a todas luces condenable por alguien que se obstina en mostrar su tendencia absolutista y siembra el temor en cada vez más mexicanos que no tienen referente alguno de alguien como López Obrador haciendo campaña abierta y sin nadie que se lo impida, pese a la burla que significó la firma de un acuerdo al que convocó y acudieron por temor o sumisión, gobernadores acobardados ante la bota del tirano que juega a la democracia a su aldeano estilo, por disparatado que esto parezca.
Tachar al órgano electoral como “Supremo Poder Conservador” no debe ser festinado sin considerar la carga de ponzoña presidencial que conlleva someter al juicio mediático a quienes sólo se han dedicado a realizar la tarea para la que fueron llamados.
Aludir conflictos de intereses por relaciones personales del presente o pasado de algunos consejeros, no sólo es arbitrario, sino además ilegal porque incurre en daño moral consignado aún en las leyes que se resiste a respetar o sólo invoca cuando así conviene a su retórica manipuladora y fantasiosa. Olvida lo que significó que motejaran al menor de sus hijos por su estrambótico corte y tinte de pelo, que tanto irritó a la No Primera Dama.
La pretensión de apoderarse y tener el control absoluto del órgano electoral, con una decisión golpista que se cocina fast track desde Palacio de San Lázaro, es otro elemento que atemoriza a las mayorías que cada vez asoman en mayor medida, temerosas de alguien que parece ha perdido toda ecuanimidad y va resuelto a hacer lo que su voluntad impulsa, por encima de quien sea y a costa de lo que sea.
Las decisiones asumidas por el INE y que afectan a actores de Morena, si presumimos de vivir en un país regido por leyes y donde se respeta el Estado de Derecho, debieran ventilarse en las instancias existentes y en este caso, sea la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde se diriman las controversias y se falle en uno u otro sentido.
Pero la estratagema del tirano va encaminada a intimidar desde ahora a los magistrados que deberán tomar la decisión basados en el marco legal y no en la consigna presidencial del “quien no está conmigo está contra de mí” y sea el pavor de ser atacados por igual, lo que les haga dar su fallo, como parece ser sucederá.
Y no es cosa menor tener contra la pared al árbitro de la contienda para que se dejen pasar todas las trapacerías que ya instrumentan en la elección de Estado, sino además tener bajo amenazas a un acobardado tribunal electoral que deba plegarse a los ordenamientos que les manden desde Palacio Nacional, haciendo que esta elección sea una mascarada de democracia donde lo único que valdrá será la imposición presidencial y su autoritario designio.
Nada promisorio el escenario que se vislumbran y que es un ejemplo tomado como orden por los floreros y mascotas que como Mario Delgado, quien está de encargado del partido propiedad del amo, hable con términos fascistas de “extinguir” al INE, como si fuera cosa de juego seguir destruyendo las instituciones que tanto esfuerzo costaron, incluso vidas, a México.
La certeza que el pueblo “bueno y sabio” comienza a darles la espalda y que a pesar de gastar millones de pesos para hacer creer que esta elección ya está decidida a favor de Morena, lo obliga desde ahora a torcer todo ordenamiento legal que impida el objetivo de ganar aun a base de fraude y persecución del adversario, en la elección donde la dictadura de ocurrencias no sólo se asume como dueña del estadio, el balón, los medios de difusión y aficionados, sino que ahora va por el cuerpo arbitral para que sea a producto de gallina, como mantenga mayoría legislativa y así seguir destruyendo al país de instituciones que le pusieron en las manos en diciembre del 2018.
Hoy lo único que resta esperar es que la gente salga a votar de manera copiosa, que todos esos apáticos e indecisos entiendan que es la última llamada y defienda el México que con una democracia imperfecta, pero democracia al fin, les permitió formarse, crecer, obtener honestamente un patrimonio o ceder sin luchar por la vía del voto, que la dictadura perfecta siente sus reales en perjuicio de las presentes y futuras generaciones.
Nada más, pero nada menos…
Vale…