CUITZEO Mich., 14 de septiembre de 2021.- «La lucha por la defensa de los campesinos, de los jornaleros agrícolas, del humilde y a tener una vida digna, es el legado de nuestro abuelo Roque Jacinto Rico Raya», declaró su nieto Nicolás Contreras Rico.

 

«Mi madre poco quería hablar del asunto, pero cuando lo hacía, era con lágrimas en sus ojos, con la voz quebrada, porque a su padre lo sacaron de su hogar; lo llevaron con sus manos atadas a un tronco de mezquite, lo metieron en la cárcel y en medio de la noche lo sacaron para después asesinarlo» relató.

 

Roque Jacinto era un hombre creyente del Plan Agrario y estaba al tanto también de los derechos reconocidos en el Artículo 27 Constitucional, por lo que se decidió a «organizar a los campesinos, no solo de Jeruco, de Álvaro Obregón, de Santa Ana Maya y de toda la Cuenca. Esto molestaba a los terratenientes, que veían amenazados sus intereses, así que corrompieron a los guardias», recordó Contreras Rico.

 

El luchador social no tardó en darse cuenta del riesgo que corría. Fue advertido, pero no tenía miedo. Confiaba en que la razón lo asistía y si moría, lo haría con dignidad.

 

La noche del 13 de septiembre fue sacado de su casa en Jeruco, llevado como prisionero y después también retenida su familia. Su madre, doña Bárbara, su esposa Margarita, sus hijos de 14 y 3 años, pero su legado pervive.

 

Sus hijos continuaron viviendo en Jeruco, donde Roque Jacinto Raya es recordado con cariño, respeto y admiración por la comunidad.

 

Sus nietos no han dejado que se pierda su lucha en el mar de la memoria histórica, Leovigildo Ojeda Rico, Nicolás Contreras Rico y Aurelio Rico Rico elevan año con año una oración al cielo, por el mártir de la lucha agraria en la Cuenca de Cuitzeo.