Impreso/redacción

MORELIA, Mich., 7 de julio de 2019.-Luego de ser ungido como nuevo dirigente estatal del Partido de la Revolución Democrática, Juan Bernardo Corona llamó a sepultar las diferencias internas y a privilegiar las diferencias.

Asimismo, prometió que la soberbia que antaño caracterizó al partido «hoy se acaba» y declaró una nueva era de apertura en el PRD, sin grupos ni tribus

Durante su discurso, el nuevo líder llamó a honrar la memoria de los más de 600 perredista muertos durante la etapa de conformación del PRD y recordó la persecución política por parte del régimen contra los fundadores del partido.

Por eso, dijo, no se le puede cuestionar la trascendencia al PRD en la configuración del esquema política en México, donde la inclusión social, el nacimiento de la nueva vida institucional y el fortalecimiento del modelo democrático, que dio pie a los equilibrios políticos, son el legado perredista.

Explicó que actualmente hay un riego latente de regresión al pasado, con un condición banal en el ejercicio de gobierno bajo el modelo de una conferencia mañanera, donde se polariza y se confronta a la nación y a los mexicanos.

Frente a ello, consideró que el PRD se encuentra en una oportunidad histórica para posicionarse como una alternativa real de poder y opción ciudadana.

Juan Bernardo Corona ofreció una restitución del partido con trabajo duro, a ras de piso, sin discursos ni desde el escritorio.

Pidió dejar atrás la soberbia, ya que el cerrar la puerta a la militancia nos puso contra la pared. «Eso no está bien. Eso, hoy se acaba».

Hagamos, dijo, política a la altura de las circunstancias y construyamos alianzas con quienes tengamos sinergias, vayamos a la plaza pública y a las calles para restablecer los lazos con la sociedad.